Nadie sabe si es merced a ese acunar místico o por ese ritmo producido por el final de los rieles, o quizás sea por la añorada majestuosidad de los asientos, pero el tren se convirtió en el medio de transporte urbano más romántico de todos. Es en el tren donde el alma se siente más a gusto, increíbles problemas filosóficos se resuelven arriba de los trenes. Uno viaja en línea recta, conectado directamente sobre el piso. Sujeto, sin posibilidad de cambio, el destino fijo e inamovible, permite a la mente inventar su propio camino. Así lo aseguran un grupo de poetas que se suben al tren por la mañana y solo se bajan por la noche. Este grupo de poetas férreos, como se les dice, no pierden el tiempo. Y han encontrado que sentir el tiempo en toda su lentitud, es tomar conciencia de el.
Para esto se pasan días en la antesala de un dentista en una silla inconfortable; viven el domingo en el balcón, por la tarde; oyen conferencias en una lengua que se desconoce; hacen cola en los espectáculos mas acaudalados, sin perder el lugar por supuesto. Y finalmente escogen los itinerarios del tren más largos y menos cómodos. El Tren Libera.
Toda la sociedad es un tren que nunca para de andar |
¿Qué es lo qué mas te gusta del tren? ¿Aventuras en los trenes? ¿Son el medio del futuro? ¿Son el medio del pasado? ¿Qué tiene de divertido el ferromodelismo? ¿Te gustaría manejar un tren? ¿Será difícil? ¿Viajaste en el tren de la alegría? ¿A qué tren de la moda te subiste?
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